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Cómo implementar un plan de mantenimiento preventivo en propiedad horizontal - Guía completa
Descubre cómo crear un plan de mantenimiento preventivo en propiedad horizontal paso a paso. Evita fallos costosos, protege tu edificio y cumple con la Ley 675 de 2001.
¡Vamos al grano! Un plan de mantenimiento preventivo no es solo una lista aburrida de tareas. Es la clave para que tu propiedad horizontal funcione como un reloj, evitando dolores de cabeza, facturas gigantes y, lo peor de todo, ¡que los copropietarios te persigan con antorchas por un ascensor dañado!
¿Listo para armar un plan de mantenimiento preventivo digno de un profesional? Aquí va una guía completa, paso a paso y sin rodeos, para que no se te escape nada.
¿Por qué es tan importante un plan de mantenimiento preventivo?
El mantenimiento preventivo es como ir al médico antes de que algo grave pase. Es anticiparse a los problemas para evitar fallos costosos, riesgos legales y, claro, la furia de los vecinos. Un edificio bien mantenido:
Mantiene su valor en el tiempo.
Evita problemas legales (porque nadie quiere una multa o una demanda).
Garantiza la seguridad de todos los residentes.
Reduce costos a largo plazo (mejor un pequeño ajuste ahora que una reparación costosa después).
El mantenimiento correctivo, ese que solo se hace cuando algo ya se dañó, es mucho más caro y problemático. Así que, mejor prevenir que lamentar.
Paso 1: Haz un inventario detallado de lo que necesita mantenimiento
Primero, necesitas saber qué se debe mantener. Cada propiedad horizontal es diferente, pero hay áreas y sistemas que sí o sí necesitan revisión:
Estructuras y fachadas: Busca grietas, humedad, pintura descascarada.
Sistemas eléctricos: Cuadros eléctricos, tableros de distribución, alumbrado de emergencia, pararrayos.
Sistemas hidráulicos y sanitarios: Tuberías, bombas de agua, tanques de almacenamiento.
Ascensores y escaleras eléctricas: (Porque nadie quiere quedar atrapado entre pisos).
Equipos de seguridad: Extintores, alarmas contra incendios, puertas cortafuego.
Zonas comunes: Piscinas, parques infantiles, gimnasios, salones comunales.
Haz una lista con todo. No dejes nada fuera, porque hasta la tapa de la alcantarilla mal ajustada es un riesgo.
Paso 2: Diagnóstico técnico – Revisión a fondo
Aquí es donde te pones la lupa en mano y analizas el estado actual de cada área. No es solo mirar y decir: “se ve bien”. ¡No! Esto es un diagnóstico técnico serio.
¿Qué hacer?
Realizar inspecciones visuales detalladas.
Contratar expertos para pruebas específicas (como técnicos eléctricos o hidráulicos).
Revisar el historial de mantenimientos previos (¿hubo fallos? ¿se hicieron bien?).
Este diagnóstico te ayudará a entender:
Qué equipos están en buen estado.
Cuáles necesitan mantenimiento urgente.
Cuáles podrían fallar pronto.
Tip pro: Documenta cada hallazgo con fotos y descripciones claras. No confíes solo en la memoria.
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Paso 3: Define un calendario de mantenimiento preventivo
¡Hora de organizar! Un buen plan de mantenimiento preventivo tiene que ser organizado y periódico. Divide las tareas según frecuencia:
Mensual: Inspección de luces, limpieza de áreas comunes, pruebas de equipos de seguridad.
Trimestral: Revisión de ascensores, limpieza de tanques de agua.
Semestral: Inspección de fachadas, revisión de pararrayos y sistemas de bombeo.
Anual: Inspección completa del sistema eléctrico, revisión de estructuras.
Cada tarea debe responder:
¿Qué se hará?
¿Quién lo hará?
¿Cuándo se hará?
¿Cómo se verificará que se hizo bien?
Tip pro: Utiliza un software o al menos una hoja de cálculo para no perder la pista de las fechas.
Paso 4: Asigna responsabilidades claras
Este es un punto clave. No dejes las cosas al azar. Define quién hace qué.
Administrador del edificio: Supervisión general y aprobación de presupuestos.
Personal de mantenimiento interno: Tareas menores como cambiar bombillos o limpieza básica.
Proveedores externos: Ascensores, sistemas eléctricos, redes hidráulicas y otros servicios especializados.
Claves para elegir proveedores:
Pide certificaciones técnicas y referencias.
Asegúrate de que cuenten con pólizas de cumplimiento.
Evalúa la experiencia previa con conjuntos similares.
✅ ¿Buscas proveedores especializados con términos de referencia claros? Te ayudamos a redactarlos y a encontrar los mejores.
Paso 5: Presupuesto y financiación del plan
Un buen mantenimiento preventivo requiere inversión. Pero es más barato que una reparación mayor o una demanda legal.
Para estructurar el presupuesto:
Calcula el costo de cada tarea (cotiza con varios proveedores).
Define si los recursos provendrán de la cuota de administración o un fondo de mantenimiento especial.
Prioriza las tareas más críticas si el presupuesto es limitado.
Recuerda: Los gastos de mantenimiento preventivo son obligatorios según la Ley 675 de 2001, y no es algo opcional.
Paso 6: Documenta cada intervención
¡La parte aburrida pero vital! Todo mantenimiento realizado debe dejar un rastro documentado. Esto no solo evita problemas futuros, sino que te cubre legalmente.
¿Qué registrar?
Fecha del mantenimiento.
Descripción de la tarea realizada.
Estado antes y después del mantenimiento.
Firma del responsable y del proveedor.
Tip Pro: Usa un software de gestión o incluso una carpeta digital bien organizada en Google Drive.
Paso 7: Revisión y mejora continua
El mantenimiento preventivo no es estático. Tu edificio cambia, se desgasta y requiere ajustes constantes en el plan.
Cada año, revisa:
¿Hubo fallos imprevistos?
¿Los proveedores cumplieron con lo prometido?
¿Hay equipos que requieran más o menos mantenimiento?
La clave: Mejora tu plan año tras año.
Errores comunes al implementar un plan de mantenimiento (y cómo evitarlos)
No hacer diagnóstico inicial: Empiezan a hacer mantenimiento sin revisar lo que realmente se necesita.
No definir responsables: "Ah, pensé que otro lo iba a hacer".
No documentar nada: Sin registros, no tienes cómo demostrar el cumplimiento ante un incidente legal.
No asignar presupuesto: No hay dinero, no hay mantenimiento. Simple.
Esperar a que las cosas fallen: El clásico error del mantenimiento reactivo.
Mejor prevenir que lamentar (y pagar más)
Un plan de mantenimiento preventivo no es un lujo, es una obligación y una forma inteligente de proteger la inversión de todos los propietarios. Implementarlo correctamente:
Aumenta la seguridad.
Reduce costos a largo plazo.
Evita conflictos con copropietarios y sanciones legales.
¿Listo para proteger tu copropiedad como un verdadero profesional?
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